Este miércoles pasado, el Gobierno Nacional habilitó a que las farmacias suministren medicamentos recetados por veterinarios para uso en mascotas.
La medida quedó confirmada a través del decreto 185/2023, publicado en la última edición del Boletín Oficial y firmado por el presidente Alberto Fernández; el jefe de gabinete, Agustín Oscar Rossi, y la ministra de Salud, Carla Vizzotti.
El presidente del Consejo veterinario de Misiones, Pablo Castillo, habló en Ciudadanos acerca de esta medida: “Es un decreto presidencial, que en realidad viene a poner un poco de lo blanco sobre negro, porque en definitiva el uso de medicamentos humanos por parte veterinario no estaba arreglado, es decir, el farmacéutico no podía recepcionar las recetas nuestras, cosa que en la práctica ya pasaba. Es un poco la habilitación para poder utilizar esos remedios, o esos medicamentos, que no están en el vademécum de veterinaria y que si los encontramos en el vademécum humano”.
Además, Castillo aclaró: “Esto no significa que las farmacias van a empezar a vender productos veterinarios, ni que tampoco los veterinarios vamos a empezar a vender medicamentos humanos, es solamente que con una receta de un profesional veterinario, hoy estaría cerrado ese círculo que se hacía de uso y costumbre porque siempre hay algún medicamento que puede estar faltando, ya sea porque no se produzca, o por ahí son enfermedades muy puntuales, o son productos de un uso muy esporádico, que por ahí la industria veterinaria no lo ve como un negocio y no lo tenemos en el vademécum, lo tenemos que buscar en humano y, otros son productos muy novedosos que todavía no se volcaron en el vademécum veterinario”.
Sobre ejemplos de medicamentos que podrían ser recetados para uso veterinario: “El ejemplo por ahí en el local nuestro es el Alopurinol, para tratar la leishmaniasis. Nosotros en veterinaria no tenemos ningún laboratorio que produzca la Alopurinol, entonces lo indicamos y la gente lo va a comprar a la farmacia. Después, también tenemos colirios, para todo lo que es la parte de hipertensión ocular que en Veterinaria por ahí no tenemos combinaciones de drogas que sí aparecen en el vademécum humano”.
Al mismo tiempo, el boletín oficial de Nación señala que “el setenta y cinco por ciento de las enfermedades infecciosas emergentes o reemergentes humanas son de origen animal” y que “para el tratamiento y prevención de las enfermedades de los animales deben utilizarse productos veterinarios aprobados y registrados por la autoridad competente”.
Ante esto, Castillo nos contó los aquellos beneficios que produce que se permitan vender estos medicamentos en farmacia: “También nosotros vemos con buenos ojos de que se cierra la parte normativa y legal, porque en la medicina veterinaria cada vez están más utilizando medicamentos que son de uso psiquiátrico, antidepresivos, tranquilizantes, distintos medicamentos que también son delicados porque son drogas de potencialmente abuso, incluso estamos tratando de trabajar con el Ministerio de Salud y que tengamos también un recetario similar al que tienen los médicos, para que se pueda hacer una trazabilidad, como corresponde de esos medicamentos”.
Y las recomendaciones a la hora de la automedicación: “Por ahí hay automedicación en la que el propietario dice “le voy a dar, lo medí al perro y puntualmente, el ibuprofeno o el paracetamol que son de uso recontra común entre nosotros, a ellos les resulta muy perjudiciales. El paracetamol puede llegar a matar un gato debido a insuficiencia renal. Entonces siempre hay que tener en cuenta que el perro no es un hombre chiquito, ni el gato es un perro chiquito, son todas especies diferentes y que hay que ser muy cuidadoso con los medicamentos porque algunos resultan inocuos para nosotros, para ellos pueden ser muy perjudiciales”.