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¿Cómo afectan las drogas a la respuesta sexual?
Partiendo de la creencia de que el uso de las drogas estimula el sexo, a continuación describiré cuáles son los efectos de las drogas en la sexualidad.
Es importante aclarar desde un principio que hay que diferenciar los efectos de la droga cuando es un consumo esporádico o cuando se trata de un consumo habitual, ya que este consumo crónico puede producir muchas más dificultades en la respuesta sexual.
Es cierto que los efectos inmediatos de las drogas pueden causar desinhibición, aumento de sensaciones, seguridad, excitación y otras experiencias que hacen que las personas recurran a su uso. Lo que no saben es que su consumo continuo puede traer consecuencias desfavorables. Ninguna droga incrementa el deseo sexual, ya que esto depende de la concentración de hormonas en el organismo como la progesterona, la testosterona y la feromona. Con el consumo frecuente, el efecto puede producir a menudo disfunciones sexuales tanto en el hombre como en la mujer.
Las drogas pueden influir de tres maneras sobre la actividad sexual: pueden afectar el deseo, la excitación y el orgasmo. Algunas de ellas tienen un efecto claro sobre la mente de las personas que las consumen, de modo que el deseo sexual se ve alterado. Muchas drogas reducen el deseo sexual, pero algunas de ellas parecen incrementarlo. El hecho de que una droga aumente el deseo sexual de una persona, no significa necesariamente que mejore su sexualidad o su placer.
Marihuana: Algunos de los derivados del Cannabis como el hachís y la marihuana son utilizados por muchas personas por sus efectos de relajación física y mental. Además, algunas personas dicen sentir un aumento del placer durante la relación sexual coital cuando consumen esta droga. Esto tiene efectos sobre la sexualidad inicialmente positivos porque las personas se sienten más sensuales o más sensibles y los orgasmos son subjetivamente más prolongados por alteración temporal. Esto puede ser debido a dos efectos del Cannabis: sensación de bienestar (euforia, risa incontenible, desafío de los límites sociales adquiridos y tabúes personales que en algunos casos dificultan la sexualidad), e hipersensibilidad de los sentidos. Sin embargo, el uso crónico del Cannabis está relacionado con la disminución de los niveles de testosterona (hormona sexual masculina), lo que se traduce en una disminución del deseo de ambos sexos. En algunos casos se produce en las mujeres una disminución de la lubricación vaginal, que en ocasiones hace el coito más doloroso. En los hombres hay una alteración de la espermatogénesis y puede haber disfunción eréctil. As u vez genera ansiedad y depresión, provocando disminución del deseo sexual.
Cocaína: El efecto de la cocaína, independientemente de la vía de administración, es similar al de las anfetaminas: estimulación, sensación de bienestar y euforia, excitación, inquietud, locuacidad. Sin embargo, aunque la estimulación inicial se produce por el aumento de las catecolaminas, hay en seguida una caída por la baja de dopamina. Su mecanismo de acción está relacionado con la inhibición de la adrenalina, de la noradrenalina, de la dopamina y de la serotonina. Si bien es cierto que la cocaína es conocida por muchos como un fuerte estimulante sexual, también se sabe que provoca disfunción eréctil, priapismo (erección mantenida y dolorosa), impotencia situacional y bajo interés sexual.
A largo plazo conduce a una pérdida del deseo, ausencia de lubricación y anorgasmia, pero aumenta las fantasías y el contexto erótico mejora, por lo que se crea una adicción “sexo-coca”.
LSD: Debido a las alucinaciones que produce, la experiencia sexual con LSD puede ser confusa y difusa, positiva o negativa. Su uso continuo provoca ansiedad, pánico y repetición de los primeros efectos. En las mujeres embarazadas, aumenta el riesgo de malformaciones congénitas en el feto.
Anfetaminas y drogas de diseño: Las anfetaminas son drogas estimulantes que en pequeñas dosis pueden provocar una sensación de exaltación, por lo que en algunos consumidores -especialmente las mujeres- las anfetaminas reducen la excitación y disminuyen la respuesta sexual. Algo similar ocurre con sus derivados o anfetaminas de síntesis. Las drogas sintéticas tienen normalmente propiedades alucinógenas similares a las de las anfetaminas. La más conocida y utilizada es el “éxtasis” (MDMA), usada por muchas personas para intensificar sus relaciones sexuales y su sociabilidad. Hace que el cerebro produzca más serotonina, una sustancia que afecta a nuestro estado de ánimo y cuyo efecto más característico es la comunicación intima entre las personas, así como una sensación de calma y liberación de miedos y tensiones. Algunas personas consumidoras hablan de un estado emocional similar al del enamoramiento. Cuando se pasan los efectos de la droga, las personas se sienten deprimidas y con una disminución del deseo sexual. A corto plazo, el éxtasis o MDMA trae problemas neuronales, disminución de la libido y de la respuesta sexual.
Opio, heroína y opiáceos: Desde épocas remotas, el alcohol, el opio y otras sustancias de este género se han utilizado para obtener una alteración de los estados de conciencia y para distorsionar el sentido de la realidad. Sexualmente, los efectos de los opiáceos en el hombre son las alteraciones del interés sexual, el retraso en la eyaculación y el fracaso en la erección. En la mujer, producen alteración en el interés sexual. Tanto la heroína como la morfina parecen generar múltiples trastornos sexuales. Aunque el uso de la heroína y derivados del opio puede dar lugar a fantasías sexuales, el grado de excitación y la frecuencia del orgasmo disminuyen debido a los efectos depresores que estas drogas tienen sobre el sistema nervioso.
Alcohol: En dosis bajas, el alcohol puede tener un efecto desinhibidor (refuerza la autoestima sexual y seguridad), pero en dosis altas puede provocar disminución de erección y eyaculación retardada, como también menor intensidad orgásmica.
La utilización de estupefacientes no potencia ninguna de las fases de la respuesta sexual humana, sino que el uso prolongado provoca alteraciones en el desempeño del erotismo.
La gente tiene mas miedo a la intimidad que al contacto sexual, les resulta más fácil borrar a su pareja en el éxtasis de una droga que vivenciar plenamente el contacto con ella (Kaplan, 1979).