El 30 de noviembre de 1973, el Gobernador y el Vicegobernador de Misiones, Manuel Irrazábal y César Napoleón Ayrault, dejaron de existir cuando la avioneta en la que viajaban se estrelló cerca de Puerto Península, camino a Puerto Iguazú.
A 50 años de la tragedia, hablamos con Pedro Pirovani, hijo del piloto del avión que llevaba al gobernador y vice, recordando el hecho: “Nosotros siempre entendimos y siempre tratamos de poner en conocimiento de la sociedad misionera que esto no fue un accidente, eso fue realmente un atentado. Había intereses muy comprometidos no solo con la parte económica y los monopolios, sino también con contrabandos que por ese entonces fueron denunciados. Eso motivó “descabezar” por así decirlo el gobierno y poner en función a un a un auditor, a un interventor, que fue Taparelli, quien era la mano derecha de López Rega”.
En cuanto a la causa que se abrió, expresó: “El requerimiento de interrupción formal en función a la querella que nosotros iniciamos en el 2007 las tres familias. El doctor Guillermo Negro fue muy contundente en ese sentido y uno de los fundamentos por el cual se plantea el requerimiento de instrucción para la investigación fue que justamente eso: el estado convulsionado de la provincia en esa época y que obviamente alguna arista por ese lado había”.
Además, Pirovani recordó: “Mi padre tenía 47 años, era un piloto experimentado, tenía arriba de 11.000 horas de vuelo, era instructor de vuelo y el que tenía que manejar ese avión no era mi padre. El que tenía que manejar ese avión era un piloto de apellido Díaz. Irrazabal necesitaba hablar con su vicegobernador de cuestiones muy privadas, entonces optaron por ir el avión, le invita y Ayrault le dice “yo voy con mi chofer”. Entonces, Ayrault dijo “Si no maneja el gordo Pirovani yo no subo al avión” y ahí lo llaman a mi padre a las tres de la tarde ese viernes. Cuando mi padre llega, el avión no estaba en el hangar, sino ya estaba en la pista, hay muchos testimonios, la verdad que algunos ya fallecieron, pero quedó su testimonio en el expediente. Ese avión en principio no estaba en condiciones de salir”.
“El avión perdía algo de combustible porque había venido de Chaco. Yo en el 2007 me pongo a investigar como abogado en la querella acerca de pasó por ese entonces. En ese tiempo había en la provincia una impunidad tremenda, imaginate que en el archivo lo culpan a mi padre en función a un dictamen de la Fuerza Aérea. Un dictamen que honestamente no tiene ningún tipo de fundamento,, no tiene ningún tipo de prueba. Nosotros cuando planteamos la nulidad de ese expediente se tramitaban la justicia ordinaria, que por la materia no tenía competencia. El avión nunca fue peritado, nunca se preservó la zona” expresó el hijo del piloto.
“El helicóptero no tenía combustible, porque quien manejaba el helicóptero, el señor Malú, había salido a recorrer las cataratas con el yerno de López Rega, que estaba ahí en Iguazú. Cuando se produce lo que se derminó en principio el accidente, el helicóptero sale a volar la zona para ubicar donde pudo haber caído el avión y se queda sin combustible, vuelve y las coordenadas que era para la búsqueda, lo ve desde el final de la pista hacia adelante, cuando de la ruta estaba a 1500 metros, es decir ya desde ese momento no querían que nadie quedara con vida”.
Además, Pirovani remarcó que hubo erorres en la investigación de la causa: “Susana Cuca iba en la parte de atrás del avión, a Susana la encontraron viva y ella habló, dijo que hubo dos explosiones, los testimonios están en el expediente. Casualidad que quien por ese entonces era el secretario general de Casa de Gobierno, que era el señor Yamaguchi, que bajo su órbita estaba la Dirección de Aeronáutica. Ese 6 de febrero este hombre fue a Buenos Aires y estuvo en el Instituto del Quemado, hay dos cortos que así se llaman que nosotros tratamos de plasmar todo este tema en audiovisuales, que le sacan del Instituto al Doctor Voltiú que era un especialista en quemaduras, a el lo sacan del hospital y y cuando vuelve estaba fallecía la chica”.