El domingo 20 de julio, el Papa León XIV expresó su “profundo dolor” por el bombardeo que destruyó parte de la parroquia de la Sagrada Familia en Gaza, donde murieron tres personas y resultaron heridos varios refugiados y el párroco Gabriel Romanelli . Al finalizar el Ángelus en Castel Gandolfo, leyó los nombres de las víctimas y calificó el episodio como parte de una serie de ataques “continuos” contra civiles y lugares de culto .
En un enfático llamado a la comunidad internacional, el pontífice pidió “el fin inmediato de la barbarie de la guerra” y el respeto al derecho internacional humanitario, destacando la prohibición del uso indiscriminado de la fuerza, el castigo colectivo y los desplazamientos forzados . También exhortó a retomar el diálogo y dejar las armas, afirmando que “el mundo ya no aguanta más guerras” .
El Papa mantuvo una llamada con el primer ministro Netanyahu, instándolo a preservar los sitios sagrados y a detener la escalada de violencia; por su parte, Netanyahu expresó su pesar y anunció una investigación sobre el ataque . Este nuevo pedido refuerza la postura del Vaticano frente al conflicto y subraya la urgencia de un alto al fuego y una solución pacífica.